miércoles, 16 de octubre de 2013

Distancia

Distancia.
En el pasado pensaba que no estaba mal, que incluso sería una buena manera de llevar relación. Se dice que la distancia aviva a una pareja, que la hace más fuerte y que siente cada día aún más ganas de verse.
Todo esto en un pasado, parecía una forma de vida llevable e incluso, una forma de vida mejor que la del resto de parejas; una distinta manera de vivir una relación, sin menos agobios, con independencia y más pasión.
Pero cuando te toca vivirlo en primera persona, todo eso que suponías se viene abajo.
La distancia es dura, te hace fuerte pero también daño. La distancia te crea nostalgia, no poder parar de contar los días que faltan para volver a verle.
Cuadrar tu vida y su vida para coincidir una par de días y disfrutar del amor.
No poder parar de pensar cuando será el día en que no exista esa "maldita" distancia.
Porque cuando una persona te hace tanto bien, te cuida, te arropa y te ama; separarte de ella cuesta demasiado dolor en el corazón.
Por eso mi idea de las relaciones a distancia ha cambiado completamente; la distancia, en poca medida, hace bien, pero de rutina y durante mucho tiempo, duele. Ahora me doy cuenta de cuanto lo necesito a mi lado, de como se echa de menos que cuando tienes un mal día, él este ahí y con solo una mirada sea capaz de alegrarte el día, de darte fuerzas para seguir adelante.
Nunca pensé que la presencia de una persona fuese esencial para estar bien. Porque cuando encuentras a la persona adecuada no necesitas espacio, ese espacio personal surge solo; y te das cuenta que cada día lo necesitas más y más cerca.
Cómo dice una canción; ¿qué te debo distancia?
Yo solo le debo el haberte conocido y el haberme dado cuenta de lo mucho que te quiero y lo mucho que te necesito cerca de mi.
Ven pronto vida mía, porque me muero de ganas de compartir todos mis días contigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario