sábado, 25 de mayo de 2013

Tocando fondo

No sé qué hacer, los nervios, mi sugestión está pudiendo con mis fuerzas, esas que hasta ahora habían conseguido tantas cosas.
Había sido capaz de conseguir retos que jamás hubiese pensado lograr.
Pero ahora estoy en un momento horrible, no puedo más, estoy cansada, agotada… los nervios se apoderan de mi cuerpo y de mi cabeza, soy incapaz de descansar; añadiéndolo a los nervios comunes en época de exámenes, esto es un sin vivir. Ver que por mi culpa las dos personas a las que más amo, están sufriendo otra vez, mi corazón y mi alma esa ya no lo resisten.
Que tu madre llegue muerta de trabajar a las 4 de la mañana y te vea aparecer en un manojo de lágrimas y nervios, no es uno de los mejores recibimientos.
Pasar al menos una hora para dormirme y, encima, boca arriba, porque de lado no me soy a dormir.
Repudiar, odiar y temer la hora de irse a la cama como jamás pensé. Pero en realidad supongo que mi cuerpo y mi mente necesitan descansar, desahogarse, echarlo todo fuera.
Estoy al límite otra vez, y esa idea no la soporto, mucho menos cuando ahora todo iba perfecto, las notas eran geniales, yo era feliz, volvía a sonreír, por fin tenía a mi lado a dos personas que “matan” por mí.
Esa pichona que me nota en la cara como estoy sin apenas cruzar palabra. A ti también tengo miedo de fallarte, de que estos malos momentos nos alejen, de que mi inseguridad y mi miedo me hagan perder a la persona más importante que hay en mi vida; bueno a las dos personas más importantes que llegaron sin darme cuenta; y que sin ellas nada sería lo mismo.
Estoy en un callejón sin salida, por eso escribo, a ver si así halló la solución; pero mi mente no deja de llevarme la contraria y de hacerme sufrir, y el camino cada vez lo veo más negro.
Lo cierto es que tengo miedo a vivir, a vivir así; a no ser capaz nunca de superar esta mierda de enfermedad, que a veces me da alegrías; pero que últimamente está siendo muy puta e injusta conmigo.  Muchos me dirán que solo es un bache, que ya lo he superado antes, y puede que sea verdad, y solo necesite un par de cojones para seguir adelante… Pero hoy más que nunca necesito un empujón, y un par de manos fuertes para levantarme.
Son las 6 de la mañana, con lágrimas en los ojos y sufrimiento en el corazón sigo escribiendo porque es la única manera de aliviarme; pero supongo que esto tendrá que acabar de alguna manera y necesito pasar página y volver a sonreír.

No quiero vivir así y no se puede vivir así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario