Él había pasado desapercibido durante meses, pocas cosas sabía de el aparte de su nombre... ni siquiera me fijaba a ver si estaba o no; no me importaba. Pero de repente un sábado como otro cualquiera apareció sin quererlo, sin pedirlo, sin meditarlo.
Los flashes salieron de mi cámara para retratarlo a el, ese era su día, al fin jugaba y sin quererlo una de esas fotos abrió una simple conversación. Simple, pero con curiosidad por mi parte, ya no eras uno mas, no era el suplente, el desapercibido. De repente y sin esperarlo tenía curiosidad.
Y esa curiosidad fue en aumento, los días pasaban y mi mente seguía recordando las tres frases que cruzamos a través de un mensaje.
El solo quería sus fotos, yo estaba encantada de que le gustaran.
Todo pasó rápido, sin darme cuenta... Cuando de una inocente conversación surgió la idea de una foto de recuerdo. Una semana pensando que decir, como llamarlo, saludarlo... Todo eran preguntas, miedos... sentía que después de mucho tiempo alguien había llamado a mi puerta.
Y el día llego, la foto se hizo, su risa, sus palabras sacaron una de mis mejores sonrisas. Y mil mariposas locas comenzaron a desajustar mi cuerpo, mi mente... que sentía, que pasaría...
Y así seguiré hasta que llegue el gran dia del que tanto hablamos, solo quedan 6 días.
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