martes, 22 de diciembre de 2009

Carta a mi padre

Hola papito chungo.
Cuanto tiempo sin escribirte, la verdad es que en todo este tiempo han pasado demasiadas cosas (buenas y malas), espero que tu como yo te quedes solo con las buenas.
Solo llevo cuatro líneas de esta carta para ti y ya estoy llorando y te preguntaras el porque, y lo mas gracioso es que no lo se ni yo; es una mezcla de sentimientos míos hacia a ti.
¿Sabes? Aunque tu no te lo creas estoy orgullosa de ser tu hija y mucho, porque has sido el mejor papito chungo que puede existir, porque sin ti yo no hubiese aprendido, porque sin ti jamás hubiese ido al fútbol (porque para mi, el fútbol es algo muy especial entre nosotros), me siento orgullosa cada vez que vamos al fútbol o a cualquier otro sitio y aunque te duela la espalda aguantas por mi y me pones una sonrisa.
Gracias por querer a mama, por haber elegido a la mejor esposa y madre de este mundo.
Gracias por aguantar mis lloros, mis cabreos y mi mala leche (que por cierto, ¿de quien la abre heredado?) jaja.
Solo me has hecho vivir momentos especiales y bonitos: como cuando íbamos en tractor con Zar a buscar el maíz o la primera vez que fuimos al fútbol…
Pero lo mejor de todo es que también has estado en los malos.
Te quiero mucho, no sabes cuanto, mucho, mucho… pero me cuesta mucho decírtelo mirándote a los ojos (o a ese bigote que impone a todos mis amigos), pero imagínate estoy llorando como una loca delante del ordenador si te tengo que decir todo esto, inundo la casa…
Me acuerdo de cuando me enseñaste a montar en bici o de cuando me consolaste cuando murió la Yaya y de cuando me volviste a consolar cuando suspendí tecnología en 1º ESO…
Gracias por ayudarme a ser la persona que soy, gracias por haberme ayudado en mis miedos y en mis ilusiones.
Te quiero mucho Papito Chungo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario