No sé qué
hacer, los nervios, mi sugestión está pudiendo con mis fuerzas, esas que hasta
ahora habían conseguido tantas cosas.
Había
sido capaz de conseguir retos que jamás hubiese pensado lograr.
Pero
ahora estoy en un momento horrible, no puedo más, estoy cansada, agotada… los
nervios se apoderan de mi cuerpo y de mi cabeza, soy incapaz de descansar; añadiéndolo
a los nervios comunes en época de exámenes, esto es un sin vivir. Ver que por
mi culpa las dos personas a las que más amo, están sufriendo otra vez, mi
corazón y mi alma esa ya no lo resisten.
Que tu
madre llegue muerta de trabajar a las 4 de la mañana y te vea aparecer en un
manojo de lágrimas y nervios, no es uno de los mejores recibimientos.
Pasar
al menos una hora para dormirme y, encima, boca arriba, porque de lado no me
soy a dormir.
Repudiar,
odiar y temer la hora de irse a la cama como jamás pensé. Pero en realidad
supongo que mi cuerpo y mi mente necesitan descansar, desahogarse, echarlo todo
fuera.
Estoy
al límite otra vez, y esa idea no la soporto, mucho menos cuando ahora todo iba
perfecto, las notas eran geniales, yo era feliz, volvía a sonreír, por fin
tenía a mi lado a dos personas que “matan” por mí.
Esa
pichona que me nota en la cara como estoy sin apenas cruzar palabra. A ti
también tengo miedo de fallarte, de que estos malos momentos nos alejen, de que
mi inseguridad y mi miedo me hagan perder a la persona más importante que hay
en mi vida; bueno a las dos personas más importantes que llegaron sin darme cuenta;
y que sin ellas nada sería lo mismo.
Estoy
en un callejón sin salida, por eso escribo, a ver si así halló la solución; pero
mi mente no deja de llevarme la contraria y de hacerme sufrir, y el camino cada
vez lo veo más negro.
Lo cierto
es que tengo miedo a vivir, a vivir así; a no ser capaz nunca de superar esta
mierda de enfermedad, que a veces me da alegrías; pero que últimamente está
siendo muy puta e injusta conmigo. Muchos me dirán que solo es un bache, que ya
lo he superado antes, y puede que sea verdad, y solo necesite un par de cojones
para seguir adelante… Pero hoy más que nunca necesito un empujón, y un par de
manos fuertes para levantarme.
Son las
6 de la mañana, con lágrimas en los ojos y sufrimiento en el corazón sigo
escribiendo porque es la única manera de aliviarme; pero supongo que esto
tendrá que acabar de alguna manera y necesito pasar página y volver a sonreír.
No
quiero vivir así y no se puede vivir así.
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